Varón de 50 años llega al servicio de urgencia por una sensación de embotamiento (debilidad) y torpeza al realizar su vida habitual y actividades cotidianas (hablar por telefono, conducir).
En la anamnesis niega síndrome febril u otras patologías.
En la exploración se observa heminanopsia homónima( el paciente no reconoce movimientos en los dos hemicampos del lado comprometido) como único dato en la exploración neurológica.
Las imágenes radiológicas muestran una gran masa occipital con criterios radiológicos de glioma de alto grado.
Después de la resonancia magnética y la preanestesia, se le da de alta con cita para cirugía programada.
A las 48 horas el paciente sufre un cuadro de desorientación que le lleva de nuevo a urgencias, donde se constata un deterioro neurológico de Glasgow 13 hasta Glasgow 10, motivo por el cual se le interviene quirúrgicamente de urgencia.
En el acto quirúrgico se observa que el tumor es muy poco sangrante para tratarse de un glioma de alto grado, realizándose resección (extirpación) lo más completa posible.
El estudio histológico demuestra que la lesión no es neoplásica. Se observa un tejido cerebral con extensas necrosis y gran gliosis reactiva circundante.
La interfase entre el tejido cerebral no necrótico y la necrosis contiene multitud de taquizoitos asociados a acúmulos de células gliales (nódulos microgliales) o en las zonas perivasculares, mejor conservadas, dentro de la propia necrosis, induciendo endarteritis.
- El paciente fallece a las 48h por edema cerebral e hipertensión intracraneal. Las imágenes radiológicas post-quirúrgicas muestran el residuo lesional y la afectación de las partes blandas.
Durante la re-evaluación del caso, antes de morir, el paciente confiesa que conocía su estado de portador de VIH y que no tomaba tratamiento.
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